Claves para una buena esquila: calidad y rendimiento.

Piero Montelli, productor agropecuario, junto a especialistas del INTA, acercan un conjunto de pautas de manejo, que se verificaron como las más adecuadas para obtener un buena performance en las majadas. Desde planes sanitarios monitoreados, programas de esquila preparto y un adecuado entrenamiento del personal de esquila, son pilares que permiten la obtención de lanas de primera calidad.

La Patagonia Argentina es reconocida a nivel mundial por producir lanas de alta calidad, reconocidas por su firmeza, color y brillo; las cuales son requeridas para la confección de prendas de alto valor comercial, entre las que se encuentran aquellas que van en contacto con la dermis.

“Contamos con razas ovinas que producen fibras de alta calidad, criadas en un ambiente sano, natural y libre de contaminación y, en un marco de bienestar animal y de gestión sustentable de los recursos naturales”, destacó Jorge Emilio Rivera, especialista en producción animal del INTA Río Gallegos-Santa Cruz-.

“Hoy día, el 95% de la producción nacional lanar se exporta, y por ello, es crucial cuidar cada etapa del proceso productivo para que el lote de lana no pierda valor”, aseguró Rivera.

En este sentido, el especialista del INTA propone adoptar la esquila preparto ya que , realizar la esquila en esta instancia, tiene un impacto directo sobre la calidad y rendimiento de la lana y, puede mejorar notablemente la supervivencia de los corderos.

Además, explicó el técnico,que se deben realizar supervisiones integrales, y considerar en conjunto, todos los aspectos sanitarios y de control de calidad “Para cumplir adecuadamente con todas las disposiciones que exigen consideración en el proceso industrial. En definitiva, lo que se busca con el cuidado de todos los aspectos en torno a la esquila, es lograr que la lana adquiera una buena resistencia a la tracción, es decir, que supere un umbral mínimo de 30 newton del kilotex” agregó el especialista.

En ambientes con déficit de disponibilidad y calidad de forrajes, como lo es la Patagonia sur, esta estrategia de esquila en la etapa del preparto, permite que la oveja camine con menor peso sobre su cuerpo en busca de alimento. Además, se sabe que el animal buscará reparo al parir, lo que le brindará resguardo del viento al cordero durante los primeros minutos de vida; hasta que el recién nacido consuma la grasa prenatal que le permitirá enfrentar con éxito las condiciones ambientales, aumentando con ello sus posibilidades de supervivencia.

Por otro lado, Jorge Emilio Rivera, explicó que el rendimiento de fibras obtenido luego de la esquila tiene una estrecha relación con las condiciones ambientales. “En terrenos de poca cobertura de pastos, donde además es necesario encerrar los animales diariamente por la amenaza de predadores, el recorrido realizado por el animal genera una carga extra de polvo sobre los vellones y una consecuente disminución del rendimiento, por lo que el productor debe ser cuidadoso en la supervisión de los terrenos en los que deja que transite la majada”, agregó el especialista.

Por otro lado, Rivera resaltó “Es crucial trabajar con planes sanitarios básicos y preventivos, con asesoría de veterinarios o especialistas del INTA, que se adecúen a las necesidades del establecimiento y que utilicen productos aprobados por SENASA. Sólo con una serie de medidas conjuntas y coordinadas, se logrará el resultado deseado que es la obtención de una lana con estándares de calidad internacional” finalizó el profesional.

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